- Renovables y ecológicos (con un muy bajo contenido de azufre y cloro).
- Cero emisiones de dióxido de carbono.
- Alto contenido calorífico.
En la práctica, cualquier tipo de residuo de la silvicultura, la agricultura e industria (tales como serrín, tallos de maíz, algodón y caña, cascarilla de arroz, paja, virutas de madera, polvo de bambú, basura, plásticos, bagazo, cortezas de árboles, troncos, ramas o telas) puede ser recolectado y convertido en pellets con la condición de que sean combustibles eficientes. Por ejemplo, el limo y la basura se han convertido en uno de los graves problemas de la contaminación urbana. Sin embargo, el limo y la basura se pueden recoger y granular junto con los materiales que tienen un alto valor calorífico y puede reducir la emisión de sustancias nocivas durante la combustión.
De esta manera, se puede lograr una situación de beneficio mutuo tanto para la empresa como para la ciudad y el medio ambiente. Las características de los pellets varían según los rasgos de las materias primas. Por tanto, es necesario conocer los valores de calor, tamaño, contenido de cenizas y azufre, cloro y nitrógeno de los pellets que produciremos antes de construir nuestra planta de pellets, así como realizar un análisis de objetivos de mercado (demanda, precios y ganancias).